Certificaciones estrictas de grado alimenticio, barreras resistentes a la corrosión para procesamiento térmico y requisitos de transporte a prueba de choques incrementan los costos; mientras que etiquetas que se desvanecen ponen en peligro el seguimiento de la vida útil, los materiales sostenibles generan gastos adicionales y los sellados inconsistentes en aplicaciones de llenado en caliente representan un riesgo de contaminación bacteriana.